Tarta de vainilla



Y ya con esta receta acabaremos con la mesa de boda.
 
Si, es una tarta pequeñita para ser de boda pero tiene su motivo.
 
En realidad la pareja me había dicho que no querían una boda tradicional (que no lo fue), con tarta de bodas y todo esto. Querían algo sencillo y la idea de poner algo dulce era como cierre de la comida que iba a servirse.
 
Y estaba yo, acabando de adornar los cupcakes y empaquetando las galletas la noche anterior y me atacó un pensamiento ¿qué simbolizará el partir la tarta de bodas? Y allá que me voy a "novelerear" al google
 
Esta es una de las explicaciones que encontré.
 
Parece ser que la tradición viene desde la antigua Roma en la que se fue convirtiendo en una costumbre poner un pan sobre la cabeza de la novia y romperlo sobre ella como símbolo de fertilidad, prosperidad y larga vida matrimonial. Luego los invitados recogían y se comían las migas por considerarlo un augurio de buena suerte.
 
La tradición siguió evolucionando y sobre el Siglo XVII llegó a Inglaterra modificada. Los invitados eran los que llevaban pequeños pasteles que se amontonaban en forma de torre y se bañaban después todos juntos en una capa de azúcar glas. Los novios se besaban sobre la tarta y luego repartía trozos a los invitados.
 
Las cosas han cambiado bastante y actualmente las tartas de boda son cada vez más artísticas y sorprendentes, y por lo que he leído simbolizan la abundancia que se espera para el nuevo matrimonio. Que la partan juntos representa que la pareja se apoyará y buscará un porvenir duradero para su unión.
 
Bueno, el caso es que después de leer esto me vi dándole vueltas al tema y pensando en qué iban a partir ¿una galleta? ¿un cupcake?
 
Pues no me lo pensé demasiado, la verdad, y me puse "manos a la obra", o mejor dicho, a la batidora y les preparé esta tarta de vainilla.
 
 

 
 
 
Para ir sobre seguro elegí la receta del libro de Alma Obregón "Objetivo: tarta perfecta" y aquí se las dejo.
 
Los ingredientes que se necesitan son:
 
Para los bizcochos:
 
200 ml de aceite (yo uso de girasol)
200 grs.de azúcar normal
200 grs. de harina simple de trigo
2 cucharadas de levadura en polvo
4 huevos medianos
2 cucharaditas de esencia de vainilla
 
Para el almíbar:
 
100 grs. de azúcar
100 ml. de agua
1 cucharadita de esencia de vainilla
 
Para la crema (en este caso de queso)
 
400 grs. de azúcar glas (por aquello del calor le puse un poco más de la receta original)
150 grs. de queso crema (que no sea light)
150 grs. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente.
 
Ponemos a precalentar nuestro horno a 180 º y preparamos el molde. Yo usé uno de silicona con forma de corazón, pero si usáramos de otro material tendremos que untarlo antes con aceite o mantequilla y espolvorearlo de harina.
 
Mezclamos en un bol el aceite con la mantequilla y le vamos añadiendo los huevos uno a uno batiendo cada vez hasta que estén bien incorporados y añadimos la esencia.
 
Tamizamos la harina con la levadura y lo batimos con la mezcla anterior.
 
Vertemos en el molde y horneamos a 180 º durante 25 minutos aproximadamente. Yo lo dividí a la mitad y preparé dos bizcochos.
 
Cuando esté lo sacamos del horno y dejamos en el molde unos 10 minutos antes de desmoldar y pasarlo a una rejilla para que enfríe totalmente.
 
Mientras, podemos ir preparando el almíbar hirviendo durante unos minutos el agua con el azúcar, añadiéndole el aroma y dejándolo enfriar.
 
Para hacer la crema batiremos la mantequilla, usando la batidora de varillas, y le vamos añadiendo el azúcar glas tamizada, poco a poco, hasta que veamos que está bien integrada y la mezcla se blanquea.
 
Luego le incorporamos el queso y la vainilla y seguimos batiendo hasta que tengamos la consistencia adecuada. Yo en este caso le añadí unas gotas colorante violeta en gel. Es aconsejable dejarla en la nevera una media hora aproximadamente antes de usarla.
 
Cuando los bizcochos estén totalmente fríos los "emborrachamos" con el almíbar y montamos la tarta poniendo un poco de crema entre los bizcochos y usando el resto para cubrir y adornar como más nos guste.
 
 
 

 
 
Pude llegar a probar un trocito y estaba realmente buena.
 
No se lo cuenten a nadie pero, cuando llegó el momento de partir la tarta, hasta me emocioné y todo.
 
Espero que se cumplan los augurios y su unión sea próspera y duradera.
 
 
 


 

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